En primavera, época de alergias, desde EMESA Prevención queremos recordar algunos aspectos y presentar recomendaciones al efecto. Esta primavera nos encontraremos con sintomatología respiratoria que puede estar solapada con otros síntomas de la pandemia, por lo que debe tenerse en cuenta la etiqueta respiratoria del COVID-19 (lavado de manos frecuente, toser sobre el codo, mantener distancias, etc.).
¿Cómo se produce la alergia?
La reacción alérgica se desencadena cuando una persona entra en contacto con una sustancia a la que ha estado previamente sensibilizada. En la primera fase de sensibilización, el cuerpo entra en contacto con un alergeno y produce unos anticuerpos del tipo IgE. El sistema inmunitario ha detectado esa sustancia como un invasor externo. Las personas alérgicas tendrán elevada en sangre la IgE total y además la específica de los distintos alergenos a los que hayan desarrollado alergia.
Las siguientes veces que el cuerpo se expone a esa sustancia que el cuerpo ha reconocido como perjudicial, los anticuerpos IgE se unen al alergeno y las células denominadas mastocitos liberan una serie de sustancias, entre ellas la histamina, responsables de la reacción que se produce para proteger al organismo. Esta histamina produce una reacción inflamatoria, con dilatación de vasos sanguíneos e inflamación de las mucosas. Y cada vez que la persona alérgica se vuelva a exponer a esa sustancia se desencadenará la reacción, incluso si la exposición es a concentraciones muy bajas o si ha estado mucho tiempo sin entrar en contacto con esa sustancia. Pueden producirse síntomas tanto de manera inmediata como retardada.
¿Cuáles son los alergenos más frecuentes?
No todas las sustancias tienen la misma capacidad de producir una reacción alérgica, los alergenos más frecuentes son:
- Ácaros del polvo: son insectos microscópicos de la familia de los arácnidos que viven en el polvo especialmente en ambientes cálidos y húmedos (colchones, sábanas, alfombras…) y que se alimentan de piel descamada.
- Polen: formado por partículas de tamaño microscópico producidas por flores, árboles, césped…
- Hongos y Mohos: aparecen en ambientes cálidos y húmedos, como cocinas, baños y sótanos.
- De origen animal: en el pelo, plumas o piel de los animales existen proteínas depositadas por ejemplo cuando estos se lamen.
- Alérgenos alimentarios: A proteínas presentes en frutas, pescados y marisco, huevos, frutos secos, etc. A veces se pueden producir reacciones cruzadas entre ellas o en personas con alergia al látex.
- Sustancias químicas: presentes en productos de cosmética, limpieza, etc. Muy frecuentes en el ámbito laboral.
- Medicamentos: a antibióticos, antiinflamatorios, etc.
- Picaduras de insectos: pueden producir reacciones graves de anafilaxia.
¿Qué síntomas produce?
- Cutáneos: en forma de picor, enrojecimiento, inflamación de la piel…
- Digestivos: vómitos, diarrea, dolor abdominal…
- Oculares: lagrimeo, picor, sensación de cuerpo extraño…
- Respiratorios: tos, silbidos, disnea…
- Alteraciones sanguíneas en la serie roja y blanca.
- Otorrinolaringológicos: secreción nasal, picor, estornudos, congestión…
- Anafilaxia: reacción alérgica grave en todo el cuerpo potencialmente mortal si no se trata.
¿Qué podemos hacer para evitarlo?
- Evitar la decoración con objetos que suelan atrapar polvo como las moquetas y tapicerías.
- Utilizar filtros de aire acondicionado y cambiarlos frecuentemente.
- Mantener unas condiciones de temperatura y humedad adecuadas.
- Airear diariamente las estancias después del medio día y mantener las ventanas el resto del tiempo cerradas.
- Evitar contacto con animales en personas alérgicas.
- Limpiar frecuentemente con un aspirador.
- Utilizar fundas de colchones antiácaros.
- Lavar de manera habitual peluches, cojines, cortinas, etc.
- No permanecer cerca del césped cuando lo están cortando.
- Evitar humo, polvo y sprays. La contaminación también empeora los síntomas de la alergia.
- Cambiarse de ropa y ducharse al volver a casa.
- Si es alérgico a picaduras de insectos mantenerse fuera de zonas ajardinadas y basuras, y utilizar ropa de manga y pantalones largos de colores no llamativos.
¿Y en el trabajo?
De igual manera, en el entorno laboral se producen cuando el cuerpo reacciona de una manera excesiva a la exposición en el trabajo a un agente al que se está previamente sensibilizado. Esta sensibilización ha podido ocurrir tanto dentro como fuera del mismo, según donde hayan tenido lugar las primeras exposiciones a la sustancia. Son enfermedades laborales muy frecuentes, aunque muchas veces no son reconocidas como tales. En ocasiones los síntomas pueden ser producidos por irritación de determinadas sustancias y no por una reacción alérgica en sí. Generalmente las alergias afectan a un porcentaje menor de trabajadores, y los síntomas producidos por toxicidad o irritación de las sustancias suelen afectar a un grupo mayor, aunque sea con diversidad de gravedad.
Existen numerosísimos alergenos en el mundo laboral, y su estudio es complejo por haber normalmente exposición a diversos agentes. Estas enfermedades pueden a veces cursar con incapacidades totales para su trabajo habitual.
Para diagnosticar una alergia de origen laboral habrá que realizar una completa historia clínico-laboral junto con pruebas diagnósticas. Hay que recabar mucha información y en ocasiones es un proceso complejo y laborioso. Son necesarias las fichas de seguridad de los productos y las medidas preventivas establecidas por la empresa. Ante la sospecha de síntomas de alergia producida en el trabajo habrá que informar a su superior para que le remita a la entidad gestora de las contingencias profesionales para iniciar un estudio. Si el resultado del estudio identifica algún agente productor de la alergia habrá que adoptar las medidas necesarias en la empresa para evitar dicha exposición. A veces es necesario incluso un cambio de puesto de trabajo.
Además, siempre habrá que:
- Utilizar de manera correcta todos los equipos de protecciones proporcionados por la empresa, y mantenerlos de forma adecuada.
- Utilizar todos los productos siguiendo las instrucciones de las etiquetas y fichas de seguridad.
- Informar de alergias que se padezcan durante la vigilancia de la salud y si se trata de alergias potencialmente graves (látex, picaduras, etc) llevarlas identificadas encima.