En este mes de junio, después de haber pasado muchas semanas en confinamiento, por fin podremos disfrutar de días más largos y de más horas de luz. Desde EMESA Prevención S.L. queremos recordar algunos de los efectos del sol, tanto los buenos como los malos.
Efectos beneficiosos:
- El sol influye en el estado de ánimo de los seres vivos. En las personas su falta en los meses de otoño-invierno puede producir un trastorno afectivo estacional. Para la regulación del humor es más importante la cantidad de horas de luz que la cantidad de rayos absorbidos. En algunos países recurren a la fototerapia con lámparas que imitan la luz solar para mitigar los efectos de su falta en determinadas épocas del año. Pero sin duda no es nada comparado con la suerte de poder disfrutar de un paseo al aire libre en día soleado, que es un remedio excelente para mejorar el estado de ánimo.
- El sol ayuda a producir vitamina D, que es una vitamina liposoluble que se obtiene también a través de ciertos alimentos. Esta vitamina interviene en el metabolismo del calcio en los huesos para ayudar a fijarlo. Para obtener la vitamina D3 a través del sol, sería suficiente con unos 15 minutos diarios, o un equivalente de 30 minutos dos o tres veces a la semana. Pero no abusar para no alcanzar los efectos dañinos de la radiación solar. Además, hay que incluir en la dieta lácteos enteros, huevos y pescado azul.
Efectos dañinos:
La melanina es el pigmento que produce el cuerpo al exponerse a las radiaciones solares para protegernos del sol, que a su vez es el pigmento que nos da el color bronceado. Es el mecanismo con el que nuestra piel trata de defenderse, pero no es suficiente para contrarrestar los efectos nocivos que el sol puede producir en nuestra piel.
Cuando abusamos de la exposición solar podemos tener efectos dañinos tanto a corto como a largo plazo.
- Quemaduras o eritemas solares: la exposición excesiva a la radiación ultravioleta puede producirnos quemaduras en la piel y mucosas con dolor, enrojecimiento y hasta aparición de ampollas. En ocasiones puede producir también fiebre y por supuesto malestar general.
- Agravamiento de enfermedades previas de la piel como el lupus o el acné. Aunque a veces al principio el acné puede parecer que está mejorando por la acción antinflamatoria de los rayos solares y antibacteriana, luego puede tener un efecto rebote al haber engrosado la capa córnea y producir una hiperpigmentación de las lesiones.
- Alergia solar o erupción solar benigna.
- Manchas solares: favorece la aparición de manchas solares y oscurecer las que ya teníamos, en el caso de léntigos, melasma, hiperpigmentación postinflamatoria, etc.
- Herpes labial: las personas afectadas por el virus herpes simplex tipo 1 suelen tener recidivas en los meses de verano debido a la exposición solar.
- Fotosensibilidad tras algunos cosméticos o medicamentos.
A largo plazo los efectos de la radiación solar sobre nuestra piel pueden producir:
- Fotoenvejecimiento: caracterizado por la aparición de arrugas, pérdida de firmeza y elasticidad de la piel, junto a manchas solares.
- Cáncer de piel: De diferentes tipos, tanto melanomas como carcinomas cutáneos: basocelulares (los más frecuentes) o espinocelulares. Las radiaciones son capaces de producir mutaciones en el material genético e iniciar el proceso de carcinogénesis en las células de nuestra piel.
No debemos olvidar la famosa frase de que “la piel tiene memoria”, y los daños en la piel son acumulativos, y las quemaduras solares y exposición excesiva al sol, con el tiempo puede llevarnos a tener un envejecimiento prematuro de la piel, o incluso a desarrollar alguno de los tipos de cáncer de piel.
Por eso, cada vez que nos expongamos al sol, tanto en la vida laboral como extralaboral, debemos tomar las medidas de prevención adecuadas para tratar de disminuir estos efectos dañinos.
Recomendaciones:
- Evita la exposición solar entre las 10:00 a. m. y las 4:00 p. m.Los rayos del sol son más fuertes en este período, de manera que debes organizar las actividades al aire libre en otros horarios.
- Evita tomar sol y las camas solares.Si usas una cama solar para tener un bronceado de base no disminuye el riesgo de sufrir una quemadura solar.
- Cúbrete las partes expuestas al sol.Cuando estés afuera, protege la cabeza y utiliza ropa que te cubra (incluso los brazos y las piernas).
- Usa crema protectora solar de manera frecuente y de alto nivel de protección.
- Vuelve a aplicar la crema protectora solar cada 40 u 80 minutos, o antes si nadas o transpiras.