En este artículo de nuestro Blog, hacemos una valoración del controvertido hospital de pandemias. Nos gustaría analizarlo dejando a un lado toda referencia politizada que nada aporta en estos momentos y “Al César, lo que es del César”, empezamos por el nombre de una gallega, española, valiente enfermera, que no debemos permitir que su nombre se contamine por las criticas intransigentes.
El nombre
Isabel Zendal Gómez nacida en Galicia, fue una enfermera española rectora del Orfanato de la Caridad de La Coruña y que participó en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de la Viruela dirigida por Francisco Javier Balmis y Jose Salvany, tomando a su cuidado los veintidós niños de la Casa de Expósitos de La Coruña que viajaron hasta San Juan de Puerto Rico, La Guaira, Puerto Cabello, Caracas, La Habana, Mérida, Veracruz y la Ciudad de México y desde allí a Manila. Salvany bajo hasta Chile.
Fueron 6 niños venidos de la Casa de Desamparados de Madrid, otros 11 del Hospital de la Caridad de La Coruña y 5 de Santiago. La vacuna debía ser llevada por niños que no hubieran pasado la viruela y se transmitía de uno a otro cada 9 o 10 días.
El objetivo era transportar la vacuna viva hasta América, mediante inoculaciones escalonadas a los niños y desde allí al resto de la población. En total se pusieron más de 250.000 vacunas.
Cuidó de los niños con edades de entre tres y nueve años entre los que se encontraban su hijo Benito Vélez, de nueve años.
Además de los cariños y cuidados que dispensó a los niños, cada uno recibía un hatillo que contenía: “dos pares de zapatos, seis camisas, un sombrero, tres pantalones con sus respectivas chaquetas de lienzo y otro pantalón más de paño para los días más fríos. Para el aseo personal: tres pañuelos para el cuello, otros tres para la nariz y un peine; y para comer: un vaso, un plato y un juego completo de cubiertos.”
En 1950 la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce a Isabel Zendal Gómez como la primera enfermera de la historia en misión internacional.
La Real Expedición Filantrópica de la Vacuna contra la viruela, conocida como Expedición Balmis en honor al médico y cirujano además de botánico Francisco Javier Balmis y que fue acompañado entre otros por José Salvany e Isabel Zendal.
El 30 de noviembre de 1803 zarpó con 37 personas desde el puerto de La Coruña la expedición que llevaría la vacuna de la viruela a América en la corbeta María Pita, dirigida por Francisco Javier Balmis y financiada por el rey Carlos IV. Isabel Zendal Gómez dejó su puesto en el hospicio de la Coruña para hacerse cargo del cuidado de los 22 niños que llevaron la vacuna.
La construcción del hospital de pandemias.
El 8 de junio de 2020 se anunció de forma oficial, que una parcela de la Ciudad de la Justicia en el polígono de Valdebebas, albergaría para el otoño un nuevo centro sanitario dedicado a pandemias y situaciones extraordinarias de emergencias sanitarias, de casi 40.000 metros cuadrados, más de 1.000 plazas y 50 millones de presupuesto. Se inaugura el uno de diciembre de 2020.
El formato elegido de pabellones sectorizables que les permitieran “habilitar únicamente la parte necesaria”, según afirmó en aquel momento una nota de prensa de la Comunidad, y “capaz de adaptarse a cualquier plan funcional diseñado por las direcciones sanitarias asistenciales”.
La dotación material de las 960 camas está repartida en 20 unidades de hospitalización de 48 camas organizadas en torno a controles de enfermería y 48 puestos de UCI y cuidados intermedios, con circuitos de “limpio y sucio entre altas e ingresos y entre logística/aprovisionamiento y pacientes” y “un sistema de compuertas para el acceso controlado de personas a determinadas zonas de seguridad por riesgo de contagio o exposición a carga vírica”, según explicó el Gobierno regional. Además de áreas de diagnóstico por imagen y salas convencionales y portátiles de rayos X, un equipo de TAC, una reserva de ecógrafos, un laboratorio, salas polivalentes de curas, “que podrán habilitarse como quirófanos, zonas de CMA (cirugía mayor ambulatoria) para poder realizar intervenciones no complejas”, contó el ejecutivo madrileño.
Los incuestionables resultados
Independientemente de las críticas politizadas y de los defectos que aparecen en una construcción y puesta en funcionamiento en tiempo récord, que se irán subsanando poco a poco, las cifras son incuestionables respecto a su utilización.
Está diseñado como un hospital monográfico y flexible en sus estructuras, con gran capacidad de hospitalización que permite convertir sus salas polivalentes según las necesidades operativas de cada momento. Se pueden convertir en Unidades de Cuidados Intermedios, camas de hospitalización para afrontar los cuidados y tratamientos en el aspecto clínico más adecuado.
Ello ha supuesto que los casi tres mil pacientes atendidos en esta tercera ola no han incrementado el índice de hospitalización del resto de los hospitales, descargando presión asistencial y permitiendo en parte seguir la dinámica de la red hospitalaria madrileña en pacientes No COVID.
O lo que es lo mismo, permitiendo diagnosticar con prontitud cánceres y otras patologías para instaurar el tratamiento adecuado con mayor probabilidad de éxito terapéutico.
Sobre si el coste está justificado con ello, rotundamente si desde una óptica ética sanitaria. Desde la óptica política es bueno para el gobierno que lo ha gestionado y malo para la oposición que lo critica.