La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz Pérez, ha presentado el acuerdo alcanzado con Diálogo Social para la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027.
Un consenso que ha contado con la participación de los principales interlocutores sociales y representantes de las Comunidades Autónomas.
Con el objetivo de conseguir la mayor eficacia posible en la mejora de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo e intentar anticiparse y gestionar las posibles amenazas y riesgos para la salud de las personas trabajadoras que emergen con el cambiante mundo laboral.
Se sustenta en dos pilares fundamentales: la prevención y la colaboración, con un enfoque integral y situando al mismo nivel la protección de la salud física y mental de las personas trabajadoras.
La estrategia que se presenta constituye el decimoséptimo acuerdo que se logra con diálogo social durante esta legislatura y es un instrumento de referencia para el desarrollo y mejora de las políticas de prevención de riesgos laborales. El INSST ha desarrollado la estrategia teniendo en cuenta el Marco Estratégico de la UE en materia de salud y seguridad en el trabajo 2021-2027.
La Estrategia ha sido elaborada en torno a seis objetivos estratégicos:
- Mejorar la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
- Gestionar los cambios derivados de las nuevas formas de organización del trabajo, la evolución demográfica y el cambio climático.
- Mejorar la gestión de la seguridad y la salud en las pymes, una apuesta por la integración y la formación en prevención de riesgos laborales.
- Reforzar la protección de las personas trabajadoras en situación de mayor vulnerabilidad.
- Introducir la perspectiva de género en el ámbito de la seguridad y salud en el trabajo.
- Fortalecer el sistema nacional de seguridad y salud en el trabajo para afrontar con éxito futuras crisis
Desde EMESA Prevención, destacamos la importancia que se da a la salud mental, en un mundo cambiante repleto de una gran incertidumbre social (migraciones, guerras), económica (crisis global), sanitaria (pandemias y enfermedades emergentes), hábitat (cambios climáticos), tecnológicas (comunicaciones y digitalización), etc., que provoca alteraciones y cambios rápidos en el ser humano, que le cuesta su tiempo asimilar.
Se apuesta por la formación en prevención de riesgos laborales, pero que sea de calidad, eliminando por ejemplo la formación a distancia con cuestionarios que no enseñan nada y reemplazarla por presencial o telemática. Además, se deben introducir formaciones en áreas corporativas de habilidades blandas (Soft Skills), que tienen mucha repercusión en la salud mental de los trabajadores.
Se pondrá en marcha una Agenda Nacional para la prevención del cáncer como enfermedad profesional.
Se impulsa la perspectiva de género para atender de forma mas certera a la salud y la prevención de riesgos laborales.
Mayor protección a los objetivos más vulnerables, que cuentan con mayores tasas de siniestralidad.
Apertura de una mesa de dialogo social para actualizar la legislación de prevención de riesgos laborales, con las modificaciones oportunas a los huecos y vacíos legales que hemos ido observando en la práctica diaria y a aquellos otros que los avances tecnológicos hoy en día nos permiten.
Para ello desde EMESA Prevención solicitamos la participación de los profesionales del sector que, a través de expertos, eméritos y de sus respectivas asociaciones científicas tienen mucho que decir y asesorar al legislador.
Un proyecto legislativo que no cuente con todos los agentes implicados en éste área de prevención de riesgos laborales, nacerá con defectos o en referencia a como lo diría Ortega y Gasset “hemiplejiado en sus planteamientos”.