En España existen de forma endémica problemas y enfermedades relacionadas por las garrapatas, pero en los últimos años se van incrementando de forma exponencial.
El clima cambiante, que produce inviernos más cortos, las aves migratorias que paran en nuestro país desde África y crean un nuevo hábitat, etc., hacen que aumente la población de garrapatas y que su vida media infectiva sea mayor.
las enfermedades víricas transmitidas por vectores como las garrapatas son muy complejas porque se deben a muchos factores: ubicación geográfica, biológicos, medioambientales, ecológicos…, a los que hay que dar un enfoque conjunto de actuaciones.
La garrapata, es utilizada como vehículo y transmite enfermedades graves como la fiebre hemorrágica de Crimea Congo. Principalmente son garrapatas del género Hyalomma las que son el vector principal de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Raramente existía por encima del paralelo 40º, se centraba en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, por lo que no era capaz de transmitir la enfermedad fuera de esas zonas, aunque ahora los cambios climáticos con aumento de temperatura permiten su hábitat. En nuestro país, estaba principalmente en Extremadura, aunque ahora se extiende por localidades encima de Madrid.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad muy extendida causada por un virus (Nairovirus) de la familia Bunyaviridae transmitido por garrapatas. Este virus causa graves brotes de fiebre hemorrágica viral, con una tasa de letalidad del 10%-40%.
El virus puede utilizar como vector una amplia variedad de animales salvajes o domésticos como vacas, ovejas, cabras, perros, avestruces, etc.
Transmisión del virus al humano:
El virus de la FHCC se transmite a las personas ya sea por la picadura de garrapatas infectadas o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados durante o inmediatamente después de la matanza. La mayoría de los casos se han dado en personas relacionadas con la industria ganadera, como trabajadores agrícolas, trabajadores de mataderos y veterinarios.
Puede haber transmisión entre seres humanos en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de personas infectadas. También se producen infecciones nosocomiales como consecuencia de la mala esterilización del equipo médico, la reutilización de agujas y la contaminación de los suministros médicos.
La duración del periodo de incubación depende del modo de contagio del virus. Después de la picadura de garrapata, la fase de incubación es generalmente de uno a tres días, con un máximo de nueve días. El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es normalmente de cinco o seis días, con un máximo documentado de 13 días.
Signos y síntomas:
Según la OMS, los síntomas comienzan de forma súbita, en forma de fiebre, mialgia (dolor muscular), mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia (hipersensibilidad a la luz). Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y dolor de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión. Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable.
Otros signos clínicos posibles son taquicardia (aumento del ritmo cardiaco), adenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos), y erupción petequial (erupción por hemorragia cutánea) en mucosas internas, por ejemplo, en la boca y la garganta, y en la piel. Las petequias pueden dar paso a erupciones más grandes llamadas equimosis, así como a otros fenómenos hemorrágicos.
Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad.
La tasa de mortalidad asociada a la FHCC es de aproximadamente un 30%, y la muerte sobreviene durante la segunda semana. Entre los pacientes que se recuperan, la mejoría comienza generalmente al noveno o décimo día tras la aparición de la enfermedad.
Vacunación:
- No se dispone de vacunas para los animales.
- Actualmente no hay ninguna vacuna segura y eficaz ampliamente disponible para uso humano.
Recomendaciones preventivas:
- Reducir del riesgo de transmisión de garrapatas al ser humano:
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- Usar ropa protectora (manga larga, pantalones largos);
- Usar ropa de color claro para poder detectar fácilmente las garrapatas adheridas a ella;
- Usar acaricidas autorizados (productos químicos que matan las garrapatas) en la ropa;
- Aplicar repelentes autorizados en la piel y la ropa;
- Examinar regularmente la ropa y la piel en busca de garrapatas y, en caso de encontrar alguna, eliminarla de forma segura;
- Procurar eliminar o controlar las infestaciones por garrapatas en los animales y en los establos y graneros;
- Evitar las zonas en que abunden las garrapatas, y las estaciones en que están más activas.
- Reducir del riesgo de transmisión de los animales al hombre:
- Usar guantes y otro tipo de ropa protectora durante la manipulación de los animales y de sus tejidos en las zonas endémicas, sobre todo durante la matanza y el despiece y en los procedimientos de sacrificio realizados en mataderos o en el hogar.
- Someter a los animales a cuarentena antes de llevarlos al matadero o tratarlos sistemáticamente con plaguicidas dos semanas antes de la matanza.
- Reducir del riesgo de transmisión entre personas:
- Evitar el contacto físico próximo con personas infectadas por el virus de la FHCC;
- Usar guantes y equipo de protección al atender a los enfermos;
- Lavarse siempre las manos después de cuidar o visitar a los enfermos.