Nos encontramos en plena temporada de verano y desde EMESA PREVENCIÓN queremos recordar los efectos que puede tener el calor sobre la salud de los trabajadores y las medidas preventivas para evitarlo que debemos adoptar.
Hemos de recordar, que el cuerpo humano produce calor para mantener la temperatura interna constante de aproximadamente 37ºC. En condiciones climatológicas de calor el cuerpo pone en marcha mecanismos de regulación para poder transferir el calor sobrante del organismo al ambiente. Estos mecanismos son la vasodilatación en la piel y la transpiración, para que al evaporarse el sudor se pierda el calor sobrante. Estos también se producen cuando aumenta la actividad física.
Si aumentase nuestra temperatura interna hasta los 41ºC podría llegar a producirse la muerte, y con temperaturas menores se pueden ya producir daños para la salud.
Los trastornos que puede producir el calor son calambres, síncopes, cansancio, problemas dermatológicos como la miliaria, golpe de calor e incluso la muerte.
Debemos tener en cuenta que los trabajadores más sensibles a los efectos del calor serán las personas de edad avanzada, embarazadas o personas con enfermedades crónicas (cardíacas, obesidad, diabetes mellitus, problemas renales, etc). También si se toman determinados medicamentos que puedan afectar a la regulación de la temperatura corporal.
El golpe de calor se produce cuando fallan los mecanismos reguladores del calor del cuerpo, y puede ser muy peligroso, ya que pueden verse afectadas las facultades mentales de la persona y dificultarle pedir auxilio, y como hemos dicho anteriormente producirse hasta la muerte.
Se caracteriza por hipertermia severa, alteraciones del sistema nervioso central, y piel seca y caliente. Es imprescindible reconocer los síntomas lo antes posible para poder ponerle tratamiento.
¿A qué trabajadores puede afectar más frecuentemente el calor?
Existen trabajos donde podría llegar a producirse estrés térmico por calor durante todo el año, y además otros en los que puede producirse en los días de verano (construcción, obras públicas, agricultura, etc).
Especial riesgo tienen los trabajos realizados en espacios cerrados, donde el calor y la humedad son altos. Debido a los procesos de trabajo, las condiciones climatológicas y a la ausencia de medios para controlarlo. Como por ejemplo en fundiciones, fábricas, hornos, invernaderos, etc. Además, favorece el estrés térmico si se realiza actividad física intensa o si se utilizan trajes que impidan la transpiración y por tanto la eliminación del calor.
¿Qué medidas preventivas contra el calor debemos adoptar?
- Informar y formar a los trabajadores sobre los efectos del calor y las medidas preventivas que deben adoptar.
- Informar a los trabajadores de los primeros síntomas que pueden tener con una afección grave como el golpe de calor, para tratar de instaurar el tratamiento lo antes posible. Formación de primeros auxilios.
- Realizar pausas de trabajo.
- Adecuar los horarios para evitar las horas de mayor calor y exposición solar.
- Realizar rotaciones de trabajo.
- Disponer de zonas de descanso con temperaturas más bajas y a la sombra.
- Informar de la importancia de reponer líquidos bebiendo agua fresca, y proporcionándola.
- Evitar comidas calientes y abundantes durante el horario de trabajo.
- Modificar los procesos de trabajo con los que se pueda disminuir la emisión de calor.
- Proporcionar ayuda mecánica cuando sea posible para disminuir el esfuerzo físico.
- Disponer de ventilación o aire acondicionado.
- Realizar una adecuada vigilancia de la salud.
- Adoptar medidas para los trabajadores especialmente sensibles a los posibles efectos del calor.
- Evitar que los trabajadores trabajen en solitario.
- Utilizar ropa ancha y ligera, y cubrir la cabeza en caso de exposición directa al sol.