Se define “la turnicidad» en el trabajo o «trabajo a turnos» como las tareas que se ejecutan colectivamente por distintos grupos de trabajadores sucesivos, cumpliendo cada uno de ellos una jornada laboral, de manera que se abarca un total de entre 16 y 24 horas de trabajo diarias.
El Estatuto de los Trabajadores, lo define como “toda forma de organización del trabajo en equipo, según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo, según un cierto ritmo, continuo o discontinuo, implicando para el trabajador la necesidad de prestar sus servicios en horas diferentes en un período determinado de días o de semanas”.
El trabajo a turnos obliga al organismo a mantenerse activo en momentos en que necesita descanso, y a descansar en momentos en que la mayoría de las personas están activas. Hace que el trabajador esté fuera de las pautas de la vida familiar y social y provoca un desajuste entre el tiempo de trabajo, el tiempo biológico y el tiempo social.
El organismo humano sigue unos ritmos biológicos, con repeticiones cíclicas y regulares. Estos ritmos suelen clasificarse en ultradianos (superiores a 24 horas), circadianos (ritmo de 24 horas) e infradianos (inferior a las 24 horas).
Los sistemas implicados en esta regularización son el nervioso y el endocrino, los cuales se ven influidos por estos agentes externos.
Para evitar las posibles consecuencias de estas variaciones en nuestros ritmos biológicos es conveniente mantener una rutina diaria.
efectos negativos del trabajo a turno
Los efectos negativos del trabajo a turno se dan a distintos niveles:
- Trastornos alimentarios y gastrointestinales, por falta de hábitos alimentarios en la cantidad, calidad y ritmo de las comidas.
- Alteraciones del sueño, derivado de la no adaptación de los cambios horarios.
- Cambios de la vida social: empobrecimiento de las relaciones sociales y familiares. Disminuye la posibilidad de conciliación familiar.
- Incidencia en la actividad profesional: mayor incidencia de accidentes, mayor gravedad de accidentes, insatisfacción laboral, absentismo, etc.
Prevención
Para prevenir los efectos del trabajo a turnos en primer lugar hay que plantearse si es realmente necesario, y si así fuese habría que estructurarlo de la mejor manera para mitigar sus efectos.
Algunas medidas preventivas recomendadas son:
- Reducir el trabajo a turnos a lo mínimo imprescindible.
- Aumentar las pausas y el descanso.
- Instaurar en algunos turnos pausas para ingestión de comida caliente.
- Establecer límite de edad inferior y superior.
- Evitar turnos dobles.
- Posibilidad de flexibilizar los turnos y los cambios con otros compañeros.
- Conocer con la máxima antelación el calendario de los turnos, para poder organizar la conciliación familiar y la agenda social en lo máximo posible.
- Implantar un sistema de vigilancia médica que detecte la falta de adaptación y pueda prevenir situaciones irreversibles.
- Exámenes de salud, con determinación de la carga mental obligatorio para trabajadores con turnos rotatorios.