LA VACUNA PROTEGE, PERO NO IMPIDE CONTAGIOS
Ante el bombardeo informativo que sufrimos diariamente de carácter científico/técnico -lamentablemente escaso-, tertuliano/periodísticamente -en consonancia con su línea editorial– y político –dirigido y manipulado oportunamente- queremos expresar, salvaguardando la libertad de expresión, que la información debe ser clara, suficiente, basada en hechos probados, etc., y que no dé lugar a confusión que pueda generar desinformación o una información tóxica.
Las vacunas estimulan el sistema inmunitario y crean mecanismos defensivos ante la infección, pero no impide contagios. En ningún caso las vacunas que utilizamos te protegen de poder infectarte y la creencia popular es: que a mí no me afecta el virus porque ya estoy vacunado. Circunstancia ésta que hay que desmentir.
La enorme contagiosidad de la variante delta, cuatro veces más contagiosa que la de Wuhan y con un RO (cifra de contagios que una persona infectada es capaz de contagiar) similar a la varicela -entre 10 y 12- y muy superior al virus alfa, SARS, MERS, Gripe o viruela -entre 2 o 3-, hace que debamos estar más atentos que nunca a las medidas básicas de prevención (ventilación, distancia interpersonal y sobre todo el uso de la mascarilla).
La carga viral de los infectados se transmite a otras personas y con las vacunas actuales no se previene la diseminación del virus, incluso entre las personas vacunadas.
Otra cosa es que afecte menos a las personas que ya han adquirido cierta inmunidad, bien por haber sobrepasado la enfermedad o por estar vacunada.
Recordemos que hay dos tipos de inmunidad que se produce en la población:
- La Inmunidad celular, es aquella que se desarrolla mediante los linfocitos B al producir anticuerpos neutralizantes y puede durar años, como en el caso del SARS o del MERS. Su diagnóstico es más cotoso y difícil de realizar y hay estudios que indican que en el COVID-19 es más alta que la humoral.
- La inmunidad humoral, se desarrolla mediante los linfocitos T que se crean en la médula ósea y luego maduran en el timo, al producir anticuerpos, es la que se espera conseguir con la vacuna. En una primera fase crea anticuerpos IGM que luego se transforman en IGG y ante una infección en la segunda fase recuerda los IGG con mayor rapidez y en mayor cantidad.
Que vacunas disponemos
La Agencia Europea del Medicamento ha autorizado poner en circulación hasta cuatro vacunas contra el coronavirus: Pfizer-Biontech, Moderna, Astrazeneca y Janssen. Las dos primeras utilizan técnicas de ARN mensajero y los dos restantes utilizan un vector viral. Cada una tiene sus propias características y eficacia, una información que varía conforme avanza la investigación científica y se conocen algunos de los efectos secundarios que están apareciendo.
Según la información del Ministerio de Sanidad sobre las diferentes vacunas aprobadas.
Moderna
Esta vacuna frente a COVID-19 protege de desarrollar un cuadro grave en caso de enfermar. La pauta de vacunación completa con la vacuna de Moderna es de dos dosis. La segunda dosis se administrará, como mínimo, 1 mes después de la primera, pudiéndose superar este intervalo de tiempo sin perder eficacia. La máxima protección no se alcanza hasta que no hayan pasado 14 días después de la segunda dosis. Si usted ha tenido un diagnóstico de haber padecido la infección por el coronavirus (con o sin síntomas) y tiene 65 o menos años, se recomienda que solo reciba una dosis de esta vacuna. Es posible que pueda sufrir algunos efectos secundarios tales como inflamación y dolor en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, fatiga, dolor muscular o de articulaciones, escalofríos y fiebre, náuseas y vómitos, todos ellos generalmente de intensidad leve o moderada y que se resuelven en dos o tres días. Estas reacciones son más frecuentes tras la segunda dosis y menos frecuentes a mayor edad de los vacunados.
Pfizer
La pauta de vacunación completa con la vacuna de Pfizer/Biontech es de dos dosis. La segunda dosis se administrará, como mínimo, 21 días después de la primera, pudiéndose superar este intervalo de tiempo sin perder eficacia. La máxima protección no se alcanza hasta que no hayan pasado 7 días después de la segunda dosis. Si usted ha tenido un diagnóstico de haber padecido la infección por el coronavirus (con o sin síntomas) y tiene 65 o menos años, se recomienda que solo reciba una dosis de esta vacuna. Es posible que pueda sufrir algunos efectos secundarios tales como inflamación y dolor en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, cansancio, dolor muscular o de articulaciones, escalofríos y fiebre, náuseas, todos ellos generalmente de intensidad leve o moderada y que se resuelven pasados dos o tres días. Estas reacciones son más intensas y frecuentes tras la segunda dosis y a menor edad de los vacunados.
Astrazeneca
La pauta de vacunación completa con la vacuna de AstraZeneca es de dos dosis. La segunda dosis se administrará, como mínimo, 10-12 semanas después de la primera, pudiéndose superar este intervalo de tiempo sin perder eficacia. La máxima protección no se alcanza hasta que no hayan pasado 15 días después de la segunda dosis. Si usted ha tenido un diagnóstico de haber padecido la infección por el coronavirus (con o sin síntomas) y tiene 65 o menos años, se recomienda que solo reciba una dosis de esta vacuna. Es posible que pueda sufrir algunos efectos secundarios tales como inflamación, picor y/o dolor en el lugar de la inyección, malestar general, cansancio, escalofríos y fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular o de articulaciones, náuseas, vómitos o diarrea, todos ellos generalmente de intensidad leve o moderada y que se resuelven pasados dos o tres días. Estas reacciones son menos intensas y frecuentes a mayor edad de los vacunados.
Janssen
En general, la pauta de vacunación completa con la vacuna de Janssen es de una única dosis. La máxima protección no se alcanza hasta que no hayan pasado 14 días después de la administración de la dosis. Es posible que pueda sufrir algunos efectos secundarios tales como inflamación, picor y/o dolor en el lugar de la inyección, dolor de cabeza, dolor muscular, cansancio, náuseas y fiebre, todos ellos generalmente de intensidad leve o moderada y que se resuelven pasados dos o tres días. Estas reacciones son menos intensas y frecuentes a mayor edad de los vacunados. Se puede utilizar una dosis de paracetamol cada 6 horas durante las primeras 24 horas después de la vacunación para reducir estos efectos secundarios.